Introducción
Los test de campo son una serie de procedimientos o protocolos debidamente validados y con aprobación científica suficiente para demostrar lo que pretenden evaluar. Y así es, se usan para evaluar o valorar la evolución del rendimiento y estado físico del deportista. Estos test de campo se mandan al deportista de una forma correctamente explicada para que los realice durante la sesión de entrenamiento en su bici, en la pista de atletismo, en el gimnasio, en la piscina...
Esta es la diferencia con los test de laboratorio, que se realizan en una sala acondicionada con material adecuado para las pruebas en las que se necesita la presencia de un equipo técnico.
Los test de campo son indicadores idóneos para determinar la consecución de objetivos y valorar el proceso de entrenamiento y ver si se va cumpliendo el programa según lo previsto o hay que reajustar con descanso, análisis sanguíneo, o por falta de entrenamiento, suplementación o darlo otro enfoque.
Tipos de test
Según la modalidad deportiva que quieras evaluar hay una serie de test validados científicamente que ayudan a valorar de forma indirecta hitos fisiológicos como:
- Máximo consumo de oxígeno (VO2máx.)
- Umbrales de rendimiento (LT y LT2).
- Máximo estado estable de lactato.
- Potencia anaeróbica.
- Potencia crítica.
- RM y Fuerza máxima.
Además ayudan a marcar las zonas de entrenamiento por ritmos, frecuencia cardiaca, potencia y percepción del esfuerzo.
Es cosa del entrenador o preparador físico saber determinar cuales son los parámetros limitantes y específicos de la modalidad deportiva, y en función de eso escoger el test que mejor se adapte al deportista. Hay que entender que para un ciclista de poco sirve medirle el tiempo en 2 mil metros corriendo, o para un nadador hacerle el Test de Wingate en bici.
Pero por ejemplo sí es conveniente según el criterio del entrenador hacer un test de ciclismo de 3 min o de 10 min por potencia a un piloto, o los 2 mil metros corriendo para determinar su estado de forma.
Cuándo hacer los test
No hay periodo exacto de valoración, pero se aconseja hacerlo como valoración inicial para poder determinar que estado de forma tiene el deportista antes de comenzar el programa de entrenamiento y así poder orientar los entrenamientos por el mejor camino. Luego ya es cuestión de usar los test para valorar el rendimiento al final de cada periodo de entrenamiento, cuantificar el progreso con resultados y seguir valorando su orientación.
Hay una frase que tiene que quedar clara si eres deportista, y es que: cuanto peor estés de forma y más pegas te saquen a la hora de valorar tu rendimiento, mejor será para tu progreso, ya que supone un mayor margen de mejora. Si tu punto de partida es bajo, tienes mayor margen de mejora que el que parte con 2 escalones por encima de ti.
Cómo lo puedes aplicar
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